En Wöhrden se instalaron dos sistemas fotovoltaicos flotantes en una balsa de abono y otra de riego de una explotación de hortalizas ecológicas para generar electricidad para consumo propio.
El reto consistía en desarrollar una solución de anclaje optimizada para niveles de llenado fluctuantes, ya que las balsas a veces se inundan por completo.
Con una potencia total de 427 kWp, el sistema ofrece una forma sostenible de generar energía sin afectar a las tierras de cultivo.